La newsletter: Todo lo que debes saber


La newsletter: Todo lo que debes saber

Toda empresa que pretenda vender sus productos o servicios por Internet sabe que el éxito depende de varios factores. O, lo que es lo mismo, de la utilización de varias herramientas de Marketing Digital. Y lo mismo sucede con la mayoría de blogs que quieren aumentar su número de suscriptores, haciendo crecer así su negocio. Si solo nos ceñimos a uno o dos instrumentos de los muchísimos que están a nuestro alcance, difícilmente alcanzaremos los resultados deseados. En este post nos centramos en la newsletter, un formato de correo electrónico comercial que lleva años asentado como una de las técnicas más afectivas de cara a la fidelización de los usuarios y el engagement con las marcas, pertenezcan estas al sector que pertenezcan.

Una newsletter, tal como su nombre indica, es una especie de boletín informativo a través del cual comunicamos de manera directa y periódica un mensaje concreto a los usuarios de nuestra web que hayan manifestado su deseo de recibirlo. Este punto es clave, sobre todo después de que el pasado mes de mayo (cuando entró en vigor el RGPD) la legislación europea impusiera la necesidad de que, para poder enviar esta clase de correos, todo usuario debía dar su consentimiento a través del doble opt-in. Aunque a priori dicho filtro pudiese parecer un obstáculo para los comerciantes virtuales, lo cierto es que, en este caso concreto, la imposición sirve de gran ayuda al principal propósito que persiguen: impactar en el consumidor adecuado. Dicho de otro modo, dado que sabemos que el destinatario ha accedido a que le mandemos nuestra newsletter de forma regular, las posibilidades de que abra e interactúe con nuestro email son mucho mayores que antes. Sí, probablemente hayamos perdido potenciales receptores, pero los que ahora tenemos son de mayor calidad.

Si tenemos en cuenta que la newsletter es una de las herramientas de Inbound Marketing más rentables (los estudios estipulan que por cada euro invertido en campañas vía correo electrónico se obtiene una media de 30€ de beneficio), no podemos dejar pasar el potencial de su impacto. Con todo, elaborar una newsletter no es una tarea sencilla. Ni mucho menos. Tanto la redacción de la misma como su diseño y la periodicidad con la que realicemos los envíos son factores fundamentales a la hora de obtener los resultados deseados, por lo que antes de lanzarnos a escribir como locos y sin miramientos, es más que recomendable que estudiemos las distintas características que componen esta clase de correos comerciales.

Aspectos básicos de una newsletter  

En primer lugar, debemos ser consecuentes con nuestros suscriptores: tenemos que analizar la razón por la que accedieron a recibir nuestro boletín y cumplir con las expectativas que depositaron en nuestra firma. Es decir, que nuestra newsletter debe ser no solo atractiva, sino incluir contenido de valor que interese al suscriptor. Además, cada newsletter debe ceñirse a un objetivo en concreto (no, no vale con intentar “matar moscas a cañonazos” incluyendo todos los datos, nuevos productos y/o servicios que nuestra marca pretende difundir y añadir unas cuantas fotografías bonitas). Hemos de afinar todo lo posible.

Normalmente, una newsletter suele tener alguno de estos objetivos básicos: consolidar a nuestros suscriptores como leads fieles, mejorar el engagement o informar sobre alguna novedad en nuestra web (que puede ser un servicio recién lanzado, un nuevo post, etc.). Dicho objetivo dependerá tanto de qué tipo de empresa seamos, como del sector en el que esta se inscriba, así como de la estrategia de Marketing Digital que hayamos establecido previamente en nuestro plan de medios.

Otro aspecto fundamental de la newsletter es el grado de personalización de la misma: el receptor debe sentir que el correo ha sido confeccionado única y exclusivamente para él. Para este propósito, además de un contenido correctamente redactado, hemos de focalizar nuestro esfuerzo en los campos del ‘asunto’ y del ‘remitente’. En cuanto al primero, la mejor solución suele ser utilizar una frase corta que resuma el contenido de nuestro mensaje. En el remitente colocaremos el nombre completo de la persona encargada de enviar el correo, además del nombre de nuestra empresa. Asimismo, jamás enviaremos la newsletter desde una dirección que incluya un ‘no-replay’ (lo ideal es que en la misma figure el mismo nombre de la persona encargada de enviar el mail).



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