La creación de contenidos para entornos digitales se ha convertido a lo largo de los últimos años en un quebradero de cabeza para la mayorÃa de empresas que desarrolla su negocio vÃa Internet. ¿Por qué? Sencillamente, porque los artÃculos (las entradas, los posts, las publicaciones, etc.) son una de las mejores herramientas de cara al correcto posicionamiento de una web, a la par que cumplen con otra de las funciones esenciales del mundo online: dinamizan la interactuación entre una marca y sus clientes (tanto los potenciales como los ya fidelizados).
Pero, entonces, ¿por qué generar contenido es un problema para las empresas? Porque es una labor que requiere de una constancia y un esfuerzo continuados. Y porque es una verdad incontestable que se sabe desde hace mucho tiempo, por lo que nos hallamos inmersos en una especie de saturación textual de difÃcil solución. Hay que crear contenido⦠y todos los saben
El encabezado de este párrafo encapsula muy bien la idea que queremos transmitir: todos los departamentos de comunicación saben que cualquier campaña de marketing está destinada al fracaso si los contenidos no forman parte sustancial de la misma. Este es el motivo por el que cada vez cuesta más crear contenido que resulte atractivo para los lectores: todo está ya expresado y escrito de mil y una manera distintas. No obstante, el Content Marketing continúa siendo el instrumento gracias al que se mueve la mayor parte del flujo de una web, asà como uno de los principales recursos para puntuar alto en cuanto a posicionamiento SEO se refiere. Dicho lo cual, ¿qué podemos hacer?
La pregunta planteada en la lÃnea de arriba solo admite dos respuestas: o bien tiramos la toalla y nos dedicamos a otra cosa, o bien seguimos intentando buscar maneras de conectar con nuestro público objetivo siendo creativos y superándonos dÃa a dÃa. SÃ, todavÃa más. Siempre va a haber nuevas palabras clave a las que recurrir, nuevos acontecimientos o temas acerca de los que hablar, nuevos enfoques desde los que abordarlos, nuevos inventos, nueva tecnologÃa suculenta, etc. Y, además, cada cierto tiempo llega Google y nos informa de que algunos de los parámetros por los que venÃa rigiéndose el SEO hasta el momento han dejado de ser tan importantes para dejar paso a otros que antes no lo eran tanto⦠asà que ahà tenemos otro filón más del que estirar, otra pequeña chispa que puede servirnos de aliciente para seguir con nuestra particular lucha cotidiana.
Porque lo que está claro es que, por más predominancia que siga adquiriendo la imagen, esta va a continuar remitiendo a otros lugares (blogs, revistas, catálogos, reviews, etc.) en los que el texto escrito sea el protagonista. De hecho, existen (y siempre existirán) formatos y géneros que son difÃciles de concebir sin la preponderancia de la palabra (como una newsletter o una entrevista), por lo que puede decirse que el Marketing de Contenidos, tal y como lo conocemos hasta ahora, tiene aún muchÃsimos años de vida.Â
Dado que no podemos seguir formándonos eternamente en materia de creatividad ni recurriendo de manera atropellada y constante a distintos estÃmulos para seguir produciendo de forma eficiente, una de las mejores soluciones para no estancarnos en el desarrollo del Content Management es focalizar nuestros esfuerzos en el análisis pormenorizado del mercado. Es probable que el estudio sobre nuestro público objetivo que llevamos a cabo hace tiempo sea susceptible de ser mejorado, bien mediante una microsegmentación más minuciosa, bien flexibilizando nuestros horizontes para dilucidar si es posible llegar a sujetos que a dÃa de hoy están fuera de nuestro punto de mira.
Dicho de otro modo, quizá la solución para encontrar nuevo material y nuevas formas de elaborar marketing de contenidos sea crear un nuevo público que pueda estar interesado. Para ello, tal vez debamos retocar las bases iniciales sobre las que basamos nuestro proyecto de empresa (el plan de marketing), pero este coste pasará inadvertido si el resultado de la operación es un crecimiento exponencial (aunque en principio solo sea hipotético) del número de clientes a los que podemos alcanzar con nuestras publicaciones.